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LA RECETA MÁGICA DE COMPARTIR EN FAMILIA

Reunirnos alrededor de la mesa es una experiencia completa. Es el momento del día en que como familia podemos estar juntos y conectar con los demás. Nos invita a compartir aquello que alguien prepara con amor, así como compartir historias, pensamientos y sentimientos o simplemente hablar de nuestra rutina. Definitivamente ello es una dosis de alegría para la vida diaria y mejor aún contribuye a la salud, la calidad de la dieta y la calidad de vida de los participantes, de acuerdo a la frecuencia con que se comparte en familia, según estudios científicos.





Los nuevos estilos de vida y las tendencias alimenticias nos han alejado de compartir en familia, en especial de compartir las comidas alrededor de la mesa y deleitarnos de la compañía y el impacto positivo que trae para nuestras vidas, resinifica el valor de compartir,

promueve recuerdos de alimentación desde la infancia y que perduran a lo largo de la vida

recogiendo las experiencias sensoriales que intervienen en la alimentación (tacto, gusto, olfato, oído y vista); experiencias que pueden acompañarnos en la memoria durante toda la vida y determinar de alguna manera nuestras elecciones alimentarias. Ahora bien; compartir en familia implica no solo reunirnos alrededor de la mesa, resulta esencial que la comida sea

adecuada pues se considera como un posible factor preventivo para el sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes; así como contribuye a ser un factor protector frente a

comportamientos de la adolescencia, pues se promueve mayor seguridad emocional, autoestima y acompañamiento familiar. Las comidas en familia requieren de una fórmula y resulta ser toda una receta; su resultado trae sensaciones agradables,hace que la vida allá afuera sea más dulce y más tranquila. Por ello, queremos presentar la receta mágica de

compartir en familia.




INGREDIENTES

Se sabe que las familias se reúnen desde hace siglos, casi que, como un rito sagrado, a compartir determinados alimentos en un lugar único, casi que divino. La mesa entonces cobra un sentido ridículamente indiscutible que hace que todos se acerquen,dialoguen y conecten de una manera excepcional. Entonces, reunirnos alrededor de la mesa es toda una experiencia:


Para la receta de hoy necesitaremos:

1. 3 huevos

2. 1 libra de harina

3. Azúcar

4. Mantequilla

5. 1 kilogramo de conversación frente

a la rutina de cada uno

6. 5 pizcas de risas por cada historia

transcurrida en el día

7. 2 cucharadas de unión familiar

8. 1 pizca de amor para apreciar los

silencios en la mesa

9. 95 gramos de atención y empatía

cuando alguien toma la palabra en

la mesa.

10. 315 gramos de buena

comunicación

11. 5 kilogramos de escucha activa

12. 6 kilogramos de agradecimiento por

los alimentos y tu familia.

Fórmula mágica, comer en familia





PREPARACIÓN

1. Comenzamos tomando un recipiente y mezclando un poco de mantequilla y harina, con la finalidad de que las galletas no se quiebren en el proceso. Al igual que la mantequilla en el molde, el hablar en la mesa con nuestros seres queridos nos salva de posibles lesiones, quemaduras o fisuras a futuro. La mantequilla cumple una función especial que es, no solo darle un toque de sabor increíble a nuestras galletas, si no aminorar los posibles riesgos que por supuesto queremos evitar.


NOTA: Se recomienda que para este primer paso se dejen a un lado los celulares y cualquier elemento de distracción que pueda conducir a que las galletas se quemen y a que los parientes que se encuentran en la mesa se distancien.


2. En un molde pondremos 1 libra de harina y 1 kilogramo de comunicación frente a nuestras vivencias o nuestra rutina del día.


NOTA: Es indispensable que, así como se vierte toda la harina en el molde, los parientes hablen tranquila y libremente acerca de su día a día. Se requiere que, así como se vacía la bolsa de harina, se logre vaciar cada pensamiento, sentimiento y sensación positiva o negativa que dejó la rutina de cada miembro de la familia, pues desde allí la mezcla y la comunicación se darán de una manera increíble.


3. Ahora incorporaremos el huevo y el azúcar a la mezcla. Lo ideal es que los ingredientes se unan y se compacten. Durante este procedimiento las 2 cucharadas de unión familiar le darán un toque excepcional a este paso.





NOTA: En las cenas familiares resulta fundamental que cada uno participe activamente en el habla y escucha en el momento no solo de preparar nuestras deliciosas galletas, sino cuando estamos en la mesa. Esto sin duda fortalecerá la unión y cohesión familiar.


4. Al tener nuestros ingredientes incorporados, procederemos a amasar. Con ello la masa tendrá mejor elasticidad y mejor estructura al momento de darle la forma a nuestras galletas.


NOTA: Durante este paso, adicionaremos 1 Kg de conversación familiar, y 95 gramos de atención y empatía. Ello nos permitirá que, al igual que la masa de nuestras galletas, ¡las

relaciones con nuestros familiares se fortalezcan a través de esas típicas charlas que pueden surgir alrededor de una deliciosa comida! Esto no solo dará mayor consistencia a nuestras galletas, sino a lo que se cocina dentro del corazón de cada familia.


5. Finalmente, moldeamos nuestras galletas a nuestro gusto y las hornearemos a 180*C. Indispensable que durante este proceso los familiares dejen los celulares en un lugar lejano,

pues no queremos que la receta se arruine al final.


NOTA: Con precaución sacaremos las galletas del horno. Sabrán entonces que la receta fue un éxito mientras la comparten con sus familiares. Es opcional para este último paso agregar

alguna pizca de risa por los sucesos acontecidos durante el día, y por supuesto (también opcional) algunas cucharadas de agradecimiento para que el sabor sea aún más dulce.


¡Serán las galletas perfectas!


Muchas veces preferimos la comida casera, por su autenticidad, la particularidad de la sazón de casa no se compara con el sabor de la alta cocina. Su sabor nos deleita en cada mordida y nos lleva quizá a recordar momentos añorados de nuestra infancia, o quizá simplemente a agradecer con el corazón por cada bocado.


Beltrán, B. Cuadrado, C. (sf) Comer en familia: una costumbre saludable y gratificante.

Departamento de Nutrición y Bromatología I. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid

 
 
 

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